Postrado en el Getsemaní…
Antes de celebrar la Pascua, la primera de las fiestas judías que Dios le estableció al pueblo de Israel, y que comieron en Egipto, la noche que Dios envió contra Egipto la última de las plagas “ La Muerte de los Primogénitos”, ninguna de las casas que habitaban los israelitas sufrió duelo, Dios había mandado al pueblo tomaran un animal de un año, fuese oveja, o fuese cabra, sin defecto, el cual sería inmolado por toda la congregación, y la sangre del cordero puesta en los dos postes y el dintel de las casas eran una señal para el ángel de la muerte que no podía entrar en aquel lugar. (Éxodo 12: 1-28).
El Señor Jesús, había celebrado muchas veces esa fiesta, cada año, como todo judío, también debió de haber participado en la inmolación del cordero pascual… y cada vez que un cordero era inmolado el estaría consciente que él era el cordero pascual, y que también sería inmolado…
Si algo había comprendido siempre El Señor Jesús y lo mantuvo firme hasta consumar la redención era que él no amaba su vida terrenal ni se aferraba a ella para conservarla y lo dice en San Mateo 10:28 “Y no temáis a los que matan el cuerpo; mas el alma no pueden matar; temed más bien aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”. San Juan 12:25 “El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardara”. San Mateo 16:26 “¿Porque que aprovechara al hombre, si ganara todo el mundo y si perdiere su alma? ¿O que recompensa dará el hombre por su alma?,” y lo que además el Apóstol Juan lo aprendió del Señor Jesús, y en 1Juan 2: 15-17 dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”
Los principales sacerdotes habían acordado darle muerte a Jesús y a Lázaro también (San Juan 12: 9- 11); en realidad los milagros que Jesús hacia ellos sabían que solo podían venir de Dios, pero en ellos existía mucha confusión, en primer lugar ellos esperaban que su Mesías viniera a salvarlos del imperio Romano la liberación que ellos esperaban era física, económica y social, pero no espiritual;
Ellos eran religiosos, cumplían la Ley, pero no podían comprender la obra redentora de Dios, sentían que Jesús aboliría la Ley de Moisés, y eso también hacia que ellos perdieran el poder que tenían sobre el pueblo; Jesús enseñaba la forma más simple de practicar la Ley: Mateo 22: 38-40 “Amaras al Señor tu Dios, con todo tu corazón; con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amaras a tu prójimo como a ti mismo; de estos dos mandamientos depende toda la Ley.
Los principales sacerdotes , escribas y ancianos del pueblo consideraban a Jesús una gran amenaza y por eso querían matarle (San Mateo 26: 3- 5), pensaban que al enterarse los romanos que las multitudes lo aclamaban como Rey considerarían que era rebelión y vendrían contra ellos para destruirlos y aunque lo que más deseaban era rebelarse contra el imperio Romano, Jesús no compartía sus intereses.
porque sus ojos espirituales estaban cerrados; ellos consideraban que nadie excepto ellos podían entender la palabra de Dios y ellos eran quienes enseñaban la Tora, claro según ellos, Dios tendría que haber enviado un Mesías con cualidades como El Rey David, para liberarlos, muy a pesar de que las profecías Bíblicas hablaba a la hija de Sion “ Alégrate mucho hija de Sion; da voces de júbilo hija de Jerusalén, he aquí tu Rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna” (Zacarías 9:9).
La fama de Jesús había recorrido toda la tierra de Israel, multitudes querían conocerle y escucharle, Los principales sacerdotes tenían miedo…
La noche era muy difícil, el momento de morir había llegado, un dulce hasta pronto, de Jesús celebrando la Pascua con sus discípulos, y en su interior la desesperación y la más grande de las angustias…
El Padre Celestial, se había alejado, El Espíritu Santo también, ya no podían continuar estar cerca de Jesús, porque todo el peso del pecado y la carga de los pecados de todos estaban sobre el…
Jesús, que jamás había asesinado, secuestrado, que jamás había cometido ninguna violación sexual, que jamás había fornicado, mentido o adulterado, ni cometido ningún pecado, llevaba sobre el, el peso de tantos e innumerables pecados.
Jesús había sido ungido en Betania días antes de la Pascua, con un perfume de Nardo puro, de mucho valor, María, ungió los pies de Jesús, y los enjugo con sus cabellos, el cuerpo de Jesús tenía esa fragancia a ese perfume exquisito, pero eso solo le recordaba a Jesús su sepultura…
Continuara…
No hay comentarios:
Publicar un comentario