martes, 17 de julio de 2012

Jesus postrado en Getsemani


El Señor Jesus Postrado en el Getsemaní…

El Señor Jesús, había celebrado muchas veces la fiesta de la pascua, cada año, como todo judío, también debió de haber participado en la inmolación del cordero pascual… y cada vez que un  cordero era inmolado el estaría consciente que él era el cordero pascual, y que también él un día sería inmolado… y crucificado en un madero.

la Pascua, era la primera de las fiestas judías que Dios le estableció  al pueblo de Israel,  y que comieron en Egipto, la noche que Dios envió contra Egipto la última de las plagas “ La Muerte de los Primogénitos”,  ninguna de las casas que habitaban los israelitas sufrió duelo, Dios había mandado al pueblo tomaran un animal de un año, fuese oveja, o fuese cabra, sin defecto, el cual sería inmolado por toda la congregación,  y  la sangre del cordero puesta en los dos postes y el dintel de las casas eran una señal para el ángel de la muerte que no podía entrar en aquel lugar. (Éxodo 12: 1-28).

Si algo había comprendido siempre El Señor Jesús  y lo mantuvo firme hasta consumar la redención de la raza humana, aparte de su gran amor a nosotros, era que él no amaba su vida terrenal ni se aferraba a ella para conservarla y lo dice en San Mateo 10:28 “Y no temáis a los que matan el cuerpo; mas el alma no pueden matar; temed más bien aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.   San Juan 12:25 “El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardara”. San Mateo 16:26 “¿Porque que aprovechara al hombre, si ganara todo el mundo y si perdiere su alma? ¿O que recompensa dará el hombre por su alma?,”  y lo que además el Apóstol  Juan lo aprendió del Señor Jesús, y en 1Juan 2: 15-17 dice: “No améis  al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”

Los principales sacerdotes antes de la fiesta de los panes sin levadura habían hecho un complot para matar a Jesús, pero le tenían miedo al pueblo,  también habían acordado dar muerte a Lázaro, pero Judas fue aliado de ellos, y convino entregar a Jesús por precio, por treinta piezas de plata, (Zacarías: 11:12-13 “Y les dije: si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; Hermoso precio con el que me han apreciado! Y tome las treinta piezas de plata, y las eche en la casa de Jehová al tesoro.”) (San Juan 12: 9- 11, Lucas 22: 1-6) ;  en realidad los milagros que Jesús hacia ellos sabían que solo podían venir de Dios, pero en ellos existía mucha confusión, en primer lugar ellos esperaban que su Mesías viniera a salvarlos del imperio Romano  la liberación que ellos esperaban era física, económica y social, pero no espiritual;  Ellos eran religiosos, cumplían la Ley, pero no podían comprender la obra redentora de Dios, sentían que Jesús aboliría la Ley de Moisés, y eso también hacia que ellos perdieran el poder que tenían sobre el pueblo; Jesús enseñaba la forma más simple de practicar la Ley: Mateo 22: 38-40  “Amaras al Señor tu Dios, con todo tu corazón; con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.

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