viernes, 20 de julio de 2012

Jesus postrado en el Getsemani III


El Señor Jesús, tenía temor, sus discípulos también sintieron temor, aquel Jesús, que habían aprendido a conocer durante tres años de ministerio, que jamás había demostrado ninguna clase de temor, ahora temía, la angustia se apoderaba de él, y una preocupación grande se le veía reflejada en el rostro…

 varios siglos antes cuando el Rey David, cometió el pecado de censar al Pueblo para conocer a cuanto ascendía la potencia militar Israelí de la época, Dios Padre se encendió en ira, porque esto reflejaba que la confianza del Rey en ese momento no se estaba apoyando en Dios, sino en su propia fuerza, aun Joab, tío de David, y General de David, era un hombre sin muchos escrúpulos, aun él le dijo al Rey David, que para que hizo eso; posteriormente David se da cuenta de su error que en el fondo tenía un poco de arrogancia y orgullo y le peso, sintió que había pecado;  Dios le mando al profeta  Gad, y Dios Padre le propuso al Rey David  tres castigos 1. Tres meses de hambre; 2. Tres meses ser derrotado delante de sus enemigos; 3. Por tres días la espada de Jehová, es decir la Peste, la respuesta del Rey David fue “Que yo caiga en manos de Jehová, porque sus misericordias son muchas; pero que no caiga en manos de hombres” el Rey sabía que en la humanidad carece de misericordia (2 Samuel 24: 1-25; 1 Crónicas 21:1-27)

El Señor Jesús, sabia, que El Padre Celestial y El Espíritu Santo, ya no podrían continuar estar cerca de Jesús, porque todo el peso del pecado y la carga de los pecados de todos estarían sobre el… tendría que experimentar en vida la muerte segunda, que es la separación total de Dios, y cargaría y seria el pecado; Jesús, que jamás había asesinado, secuestrado, que jamás había cometido ninguna violación sexual, que jamás había fornicado, mentido o adulterado, ni cometido ningún pecado, llevaba sobre el,  el peso de tantos e innumerables pecados, y lo peor sería entregado en manos de pecadores influenciados totalmente por satanás,  y ese sería el momento de las tinieblas ( Lucas 22:53)(Juan 19:11) Dios Padre, ni su Santo Espíritu, ni los santos ángeles tendrían que intervenir, todo el castigo por los pecados estaría sobre él, y seria inmolado igual al cordero pascual…(Isaias 53: 4-5 “Ciertamente llevo el nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores y nosotros le tuvimos por azotado por herido de Dios y abatido, más el herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, el castigo de nuestra paz fue sobre el y por su llaga fuimos nosotros curados.”); (Isaías 53: 7 “ Angustiado el, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca)

 Jesús había sido ungido en Betania  días antes de la Pascua, con un perfume de Nardo puro, de mucho valor, María, ungió los pies de Jesús, y  los enjugo con sus cabellos, el cuerpo de Jesús tenía esa fragancia a ese perfume exquisito, pero eso solo le recordaba a Jesús su sepultura.

Pero aun había cosas que necesitaba decirles y enseñarles a sus discípulos…

Subió El Mesías a Jerusalén, grandes multitudes que llegaron a celebrar la Pascua, al saber que Jesús estaba allí, tomaron ramas de palmera y subieron a recibirle y clamaban ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Y Jesús monto un asnillo y se cumplió la profecía de Zacarías 9:9; El corazón de Jesús al escuchar estas palabras se llenó de dolor…

Recordaba la promesa de Redención que Dios hizo a Adán y Eva cuando pecaron (Génesis 3:15), recordaba el día que llamo al padre Abraham para hacer de el una gran nación; se acordaba del día en que el Padre Abraham estuvo dispuesto a sacrificar al hijo de la Promesa a Isaac, recordaba cuando lo bendijo y tácitamente se comprometió a ir a la cruz, porque un hombre se atrevió a dar a su único y amado hijo, se acordaba del día en que Jacob anhelo tanto ser el padre de la nación escogida para Dios, y del día en que el Lucho con Jacob y lo bendijo (Génesis 32: 22-32), se acordaba cuando descendieron a Egipto y fueron liberados “ En toda angustia de ellos el (El Padre Eterno) fue angustiado, y el Ángel de su faz los salvo; en su amor y su clemencia, los redimió, y los trajo, y los levanto, todos los días de la antigüedad.” (Isaías 63: 9).

Se recordaba del día en que se le apareció a Moisés en una llama de fuego en medio de una zarza y lo llamo para que se regresara a Egipto y fuera el libertador de su pueblo Israel. (Éxodo 3:2)

Se recordaba cuando él iba adelante peleando en favor de su pueblo cuando iban huyendo de los egipcios y cruzaron el mar rojo “Y el Ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel se apartó, e iba en pos de ellos; y así mismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas” (Éxodo 14:19);

Se recordó de los días en que en el tiempo de la Ley fue enviado para guiar al Pueblo de Israel “He aquí yo envió mi Ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz no le seas rebelde; porque él no perdonara vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere seré enemigo de tus enemigos y afligiré a los que te afligieren. Porque mi Ángel ira delante de ti, y te llevara a la tierra del amorreo, del Heteo, del Ferezeo, del cananeo, del heveo y del Jebuseo a los cuales yo hare destruir. No te inclinaras a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los quebraras del todo y destruirás del todo y quebraras sus estatuas.”

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