sábado, 14 de octubre de 2017

Un día no muy común en Jerusalén…


No existía pompa, no existió el glamor del nacimiento de un Rey, no hubieron baños especiales, ni aloes, ni esencias aromáticas para él bebe más importante de la historia de la humanidad, no existió una redoma para recoger sus lágrimas, ni pañales finos y finamente perfumados, ni siquiera  existió una cuna, su cuarto fue un establo, porque nadie quiso cederle un lugar para que pudiera nacer; pero nadie celebro tanto como Dios Padre, El Amado Espíritu Santo, sus santos Ángeles, José y María, los  magos del oriente y unos sencillos y humildes pastores, que comprendieron que un día en apariencia común y corriente, nació El Precioso y maravilloso Salvador de la Humanidad, era un día  demasiado importante, demasiado especial, en donde Dios Padre se acordaba y cumplía  una promesa  que le había hecho a Adán el día en que pecaron en el Huerto del Edén, por el engaño del malvado, perverso y archienemigo de la raza humana Satanás; la promesa de Dios era mandar un Salvador que redimiera los pecados de la humanidad (Génesis 3:15).
El engaño de ese terrible archienemigo, hacia nuestros padres Adán y Eva, no era más que una venganza en contra de Dios, Satanás odiaba al hombre por ser la imagen de Dios, el deseaba destruir la raza humana,  a cualquier costo probablemente incluso trato de que Dios mismo destruyera a su creación, o en su defecto, en todo caso también podría haber deseado que la raza humana fuera su aliada para pelear en contra de Dios.
Los cielos se llenaron de alegría una estrella anunciaba su nacimiento, unos magos fueron a buscarle para adorarle y el malvado rey Herodes comenzó a preguntarle a los sacerdotes y escribas del pueblo adonde había de nacer El Rey de los Judíos, los sacerdotes y escribas le contaron acerca de la profecía que nacería “En Belén de la tierra de Judá”.
El malvado Herodes indagaba diligentemente de los magos sobre el nacimiento del niño Jesús mintiéndoles diciéndoles que él también quería adorarle, su corazón lleno de odio, de mentiras y engaños, bien disimulados, con sus palabras el malvado rey indagaba sobre el pequeño Jesús, el temía ser despojado de su reino, y lucharía ferozmente por defender su trono, aun contra el mismo Hijo de Dios; cuando los magos siguieron su camino la estrella les guiaba y se detuvo sobre donde estaba el niño Jesús, se regocijaron grandemente, se postraron ante el y lo adoraron, le ofrecieron presentes oro, incienso y mirra.
Cuando se fueron se les revelo no volver a Herodes, y se regresaron a su tierra por otro camino.
Un ángel se le apareció en sueños a José, para que huyera a Egipto, porque Herodes buscaría al niño para matarlo, José tomo a María y al niño y huyo; Herodes al verse burlado por los magos se enojó y mando a matar a todos los niños menores de dos años de la tierra de Belén.
Tiempo más tarde un ángel del Señor se le aparece en sueños a José y le dice que regrese a Israel que ya habían muerto los que procuraban la muerte del niño Jesús.
José sentía miedo, la matanza de los niños había sido tan grande, el luto en Belén de Judea  y en sus alrededores fue cruel, José escucho que a la muerte de Herodes reinaba su hijo Arquelao, y avisado por revelación en sueños, se fue a Galilea y habito en Nazareth, cumpliéndose lo dicho por los profetas que había de ser llamado Nazareno.
Los años pasaron, las alas del Altísimo lo ocultaban constantemente de los planes de Satanás para que no lo matara… Satanás no entendía de qué forma este pequeño niño podría hacerle daño pero para él era necesario aniquilarlo.
Dios mandaba a sus ángeles alrededor de él y no pudo tocarlo… probablemente satanás pensaba que si lo tenía lejos del trono de David, no podría hacerle daño, recordaba constantemente la promesa del Altísimo, que la simiente de la mujer le heriría en la cabeza y que él le heriría el calcañal, pero… ¿A qué se refería el Dios Padre con eso?, Satanas, lo trataba de buscar pero el brazo del Altísimo era su escudo y su socorro, y no podia tocarlo.
El pequeño niño Jesús de Nazareth, se convirtió en hombre, ya que José era carpintero, el debió de haber aprendido la profesión de carpintero, el sabia como trabajar toda clase de madera, un día el seria crucificado sobre madera…
No solo aprendió el oficio de José, sino que aprendió a obedecer a Dios sobre todas las cosas, sus padres José y María, eran piadosos y siempre estaban dispuestos a obedecer al Altísimo en todo; y Jesús desde niño conocía de la Ley de Moisés,  Amaba al Padre Eterno a su Abba, a su Papito, ¿quien era el?, los sueños, las revelaciones y los recuerdos del Padre tomaban intensidad a medida crecía, él era el cumplimiento de una gran promesa de redención para la raza humana, él era la ley escrita hecha vida, y era la consumación del cumplimiento de la Ley, en su naturaleza divina incapaz de fallar, en su naturaleza humana debía derrotar su cuerpo que tendía a desobedecer, para poder ser el sacrificio perfecto y perpetuo de los pecados de la humanidad.
Los años pasaron, José y  María tuvieron más hijos, luego José murió (Mateo 12: 46, Lucas 8:20).
Dios había levantado el último de los profetas a Juan el Bautista, hijo de padre y madre justos, quien predicaba constantemente el arrepentimiento de pecados, y les bautizaba, como testimonio de ese arrepentimiento.
Jesús vino a Juan el Bautista para ser Bautizado, El Espíritu Santo de Dios, bajo sobre Jesús en forma de paloma, los cielos se abrieron y El Padre, expresa por medio de una voz su amor a Jesús de Nazareth y su complacencia hacia el…
El Espíritu Santo lleva a Jesús al desierto para ser tentado por el diablo, y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches tuvo, hambre…
Satanás tienta a Jesús por su urgente necesidad de alimentarse; Jesús estaba acostumbrado a ayunar, pero luego de cuarenta días y cuarenta noches ¡ cielos!, si debió haber sentido mucha hambre…
La tentación de Adán fue en un Huerto precioso lleno de toda clase de árboles con frutos deliciosos y agradables a la vista, en esa oportunidad Satanás cuestiona a Eva y le hace creer que Dios era egoísta, que no quería que ella conociera el bien y el mal, tocando la autoestima de Adán y Eva; cuando satanás tienta a Jesús en ese desierto donde solo habían piedras; también cuestiona de la identidad de Jesús de ser hijo de Dios,  y le propone algo, que le probara a él, que Jesús era el Hijo de Dios y que convirtiera las piedras en pan, si Jesús lo hacia lo obedecía  y  desobedecía al padre,  Jesús, no tenía por qué probarle nada a satanás, y si tenía hambre, Jesús sujeta su voluntad a la palabra de Dios, y  le responde “ No solo de Pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”,  Jesús se puso firme en la palabra y en las promesas de Dios para rechazar al diablo y sujeta su necesidad de hambre a la voluntad de Dios.
Luego le lleva al pináculo del templo y le dice Si eres hijo de Dios échate abajo, porque escrito está a sus ángeles mandara cerca de ti, y en sus manos te sostendrá para que tu pie no tropiece en piedra, Jesús le responde Escrito esta también no tentaras al Señor tu Dios. Arrojarse significaba obedecer a Satanás para probarle algo a Satanás, más adelante satanás constantemente en todo el tiempo de ministerio de Jesús le diría lo mismo por medio de los sacerdotes, escribas y fariseos, quienes simplemente eran influenciados y seducidos por Satanás y serle de estorbo al Ministerio de Jesús y tratar de desestabilizar la obra redentora y sanadora de Jesús.
Luego lo lleva a un monte muy alto y le mostro  todos los reinos del mundo y la gloria de todos ellos,  y le dijo: Todo esto te daré si postrado me adorares; Y Jesús le dijo Vete Satanás porque escrito esta al Señor tu Dios adoraras y a él solo servirás.  En esta tentación se trataba supuestamente de evitar el dolor y sufrimiento de Jesús en la Cruz, y tener todo con la condición de adorar a Satanás, Jesús deja claro a quien el iba adorar
Entonces el diablo le dejo y he aquí vinieron los ángeles y le servían, Jesús en el desierto derroto por primera vez a Satanás…
Los cuarenta días con sus noches  de ayuno y oración de Jesús, había sido fortalecido, lleno del Espíritu Santo, de toda gracia, de toda sabiduría y de todo poder,
Inicia su ministerio comienza a predicar  el arrepentimiento y anunciar que el reino de los cielos se había acercado a los hombres, predicaba la reconciliación de Dios con los hombres, en todas las sinagogas, probablemente muchos pensaron que Jesús se había convertido en discípulo de Juan el Bautista;  cuando Jesús llama a sus discípulos entre ellos Judas Iscariote… se dan cuenta que no es así…
Jesús de Nazareth, Recorrió toda Galilea, adonde el había vivido; los galileos se asustaron era una región pobre y bastante menospreciada entre los judíos de esa época, pero conocían la Ley, se asustaron cuando Jesús comenzó a sanar toda enfermedad… si sabían que Jesús conocía perfectamente la Ley y la practicaba, y que era intachable, le conocían de toda la vida, pero no podían entender la sabiduría y el poder que ahora reposaba sobre el, porque ahora ese poder y esa autoridad era evidente a los ojos de ellos…
La religión judía de alguna manera excluía a todo aquel que no era capaz de cumplir la Ley, muchos pecaban secretamente, muchos estaban vacíos y no entendían porque si cumplían con todos los seiscientos trece mandamientos se sentían tan vacíos, e interiormente parecía en vano cumplir la Ley, simplemente eran religiosos sus corazones no estaban convertidos completamente a Dios, ni se habían  arrepentido genuinamente de sus pecados, había mucha apariencia, pero nada en el corazón, a pesar de anhelar ser íntegros …
¿Qué era eso nuevo que el Nazareno predicaba, porque  su mirada estaba llena del amor de Dios, ¡esa bondad que irradiaba era tan grande!, ¿Sería posible que la promesa de Dios hecha realidad para todos los hombres?;
El Señor Jesús les hacía sentir que podían tener otra oportunidad de comenzar sus vidas de nuevo y ser plenamente libres de sus pecados y establecer una  verdadera relación con Dios;
En esa preciosa y bella mirada, no existía la mentira, la falsedad ni el engaño, no había maldad en ella, era llena de luz y de toda la inocencia que alguna vez alguien haya visto, ¿Por qué este hombre era así? ¿Por qué este hombre se preocupaba de la redención de los pobres, de ricos y de todos, y teniendo la oportunidad de estar enseñándole a los grandes y poderosos de su época porque se detenía a enseñarles del Padre a todos? ¿Por qué este hombre hablaba y les predicaba a pecadores? Lo único extraño era que esos pecadores eran transformados, y los milagros que hacia eran tan sorprendentes, inclusive resucitaba a los muertos, y todo aquel que venía hacia el a implorar su favor y misericordia, jamás se iba con las manos vacías; ¿Con que poder y autoridad hacia  tales cosas?

                                                                                                                       Continuara…

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